FRENTE A LOS HECHOS: Empresario Beco Pérez lamenta muerte padre senador Antonio Cruz

domingo, 25 de diciembre de 2016

Empresario Beco Pérez lamenta muerte padre senador Antonio Cruz

          Jicomé, Esperanza.

          Eduar ESPINAL 

El destacado empresario Albérico Pérez -Beco-, lamentó la muerte de Don Feliciano Cruz, -Sano-,  padre del senador por Santiago Rodríguez, Antonio Cruz.


Para Beco y su familia, el fallecimiento de Don Sano, quien expiró a la edad de 85 años, ha generado gran consternación, ya que era un hombre de bien, con grandes dotes humanos que lo caracterizaban y lo hacían merecedor de respeto y admiración en la sociedad.

´´Nosotros queremos expresar nuestro pesar por la partida física de Don Sano, a él le conocí de la mano de su hijo, mi gran amigo Antonio Cruz, fue todo un caballero, rodeado siempre de la honradez, la responsabilidad, la solidaridad y el amor a su gente, Santiago Rodríguez perdió uno de sus grandes hombres, pero deja su estampado su legado a través de sus obras y su accionar  frente al pueblo´´, expresó Beco.

El presidente del Consorcio de Bancas Beco, quien  acudió personalmente a la Funeraria Blandino, ubicada entre las calles 27 de Febrero y 6 de septiembre, frente al Cementerio de la calle 30 de Marzo de la ciudad de Santiago, para  expresar sus condolencias a los familiares de Don Sano,  visiblemente apenado, elevó plegarias por el descanso eterno del extinto, al tiempo que pidió a Dios y el pueblo acompañar al senador Cruz y sus descendientes  en estos momentos de tanta  tristeza y dolor.

El deceso:

Don Sono murió  en el Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), donde llevaba varios días presentando desemejaría en su estado de salud salud.

Su familia:

Además del senador Antonio Cruz, el hoy occiso procreó  junto a su esposa Ana Luisa Torres (Doña Mora), la cual falleció el día 11 de noviembre del año 2015 a  Nelson, Edito, Mineli, Miladys, Lourdes, Arelis y Miguelina.

Un apunte:  

Por coincidencia divina, tanto Don Sano como Doña Mora, tenían 85 años de edad a la de su muerte, manifestándose además, por medio del destino del Creador la fe que los envolvía, ya que ambos expiraron en los  meses de la familia y el Nacimiento de Cristo.