Por Eduar
ESPINAL
Esperanza.
Esperanza.
Hace un
tiempo, previo al proceso electoral reciente en el país, pero más cerca, en nuestro pueblo, Jicomé abrazó las esperanzas de un futuro promisorio,
capaz de despertar entre sus actores, la fuerza, el coraje, la voluntad de servicio,
pero sobre todo, la pasión, entrega y
responsabilidad para enfrentar los
grandes retos y desafíos de la agenda distrital.
Pasada la
campaña, Jicomé aguardó por sus quimeras
a la espera de la líder e incansable
mujer y política que con furias enseñó sus mejores garras para atraer a
un electorado fluctuante entre el engaño, las promesas y la realidad.
Hoy, a cinco meses de gestión, Jicomé no sale del
éxtasis profundo, y mira desde el balcón el vuelo de sus desvanecidas ideas de un pueblo en
desarrollo, competitivo y visionario.
Entre el
símil del pasado y el presente real, Jicomé se resiste en creer que su
directora distrital es una más, nadando
en la gnosis el dolor del voto a cambio de obras y realizaciones.
Por todo lo
anterior, Jicomé adolece de una gestión coercitiva, de verdaderos planes de
desarrollo, política comunicación efectiva y voluntad cambios.
Lo que hemos
visto hasta ahora del actual mandato de
la directora distrital de Jicomé, es ominoso y muy lejos de cristalizar el
sueño de su gente.
Ante esa
apesadumbrada realidad, Jicomé se
encuentra atrapado entre las penumbras y el atolondrado vivir de su gente.
Eduarespinal.blogspot.com,
como medio democrático y responsable, posee sus puertas abiertas para escuchar,
ponderar y promover las iniciativas que
en beneficio de Jicomé y sus estratos se formulen, hoy, mañana y siempre.